Programas que echamos de menos – #4 El gran juego de la oca

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A pesar de ser un programa original e innovador, poco aguante tuvo este concurso. Para aquellos que no lo conozcan, «El gran juego de la oca» era un concurso en el que cuatro participantes jugaban a eso mismo, a la oca, en un tablero realizado a escala para que cada concursante fuera una ficha del juego.

El gran juego de la oca

El gran juego de la oca

 

Citando a Wikipedia:

La mecánica del programa era muy sencilla. El tablero era un plató gigantesco de 63 casillas en el que cada semana participaban cuatro concursantes, dos chicos y dos chicas (Diferenciados por los colores Rojo, Azul, Verde y Amarillo, jugando siempre en este orden). Cada consursante comenzaba a jugar con 100.000 pesetas y por cada casilla que avanzaba al tirar los dados, ganaba 10.000 pesetas. En cada casilla había una prueba, en la que el concursante apostaba parte del dinero que tenía acumulado. Si superaba la prueba, doblaba lo apostado, y si no la superaba, lo perdía.

Cada casilla tenía asignada una prueba que los concursantes debían superar. Había pruebas relativamente simples, como «Engordar un kilo en X tiempo». Y digo relativamente simples porque parece que la gente no pensaba con lógica. Muchos de ellos se lanzaban como locos a por la nata montada. «La nata engorda», pensarían. Pero si en un par de minutos tienes que meter un kilo de comida en tu cuerpo, lo que menos te interesa es atiborrarte de nata montada o merengue. Otra de las pruebas que me gustaba era la del peluquero. Aunque esa casilla, más que una prueba, era un castigo. Cerca del final, si caías en la casilla 52, la del peluquero, te tocaba dejar que un estilisa de dudoso gusto metiera la tijera o la maquinilla entre tu pelo con igualmente dudosas intenciones. Si eras chico no había mucho problema, porque al fin y al cabo te rapaban el pelo. Pero si eras chica y no te gusta el pelo corto… ah, amiga, mejor que vayas buscando un bonito sombrero para los próximos meses. Eso sí, no te cortaban el pelo sin más, te daban la opción de librarte si acertabas tres preguntas, aunque la tercera siempre era complicada.

 

 

El concurso también tenía personajes míticos, como Calzoncilloman, un superhéroe, que ni era súper, ni era héroe, cuya máscara destacaba por ser unos calzoncillos.

El concurso tuvo 3 temporadas, dos en Antena 3 y una en Telecinco. Los presentadores principales fueron Emilio Aragón, Pepe Navarro y Andrés Caparrós. Personalmente creo que la mejor temporada fue la primera, presentada por Emilio Aragón junto con Lydia Bosch y Patricia Pérez. Y es que esta temporada fue dirigida por el propio Emilio, mientras que las dos siguientes corrieron a cargo de Jocelyn Hattab.

Realmente, no sé qué datos de audiencia tendría, pero sí que es verdad que actualmente ha habido programas similares que han tenido mayor o menor éxito. A la gente le gusta ver como otros sufren mientras ellos disfrutan del espectáculo desde la comodidad de su sillón. Claro ejemplo de ello es «Humor amarillo», que gracias a Cuatro pudimos volver a ver recientemente.

En definitiva, desde mi punto de vista, una nueva versión de «El gran juego de la oca» podría tener cierto éxito, siempre y cuando se haga correctamente. De hecho, su creador, Jocelyn Hattab, realizó una propuesta con una versión mejorada del concurso, pero viendo el éxito que tuvieron las dos temporadas que dirigió él en la televisión española, es posible que no volvamos a ver este programa nunca más. Os dejo con la cabecera del programa y con la propuesta de un nuevo formato: El gran juego de la Oca Next Generation.

 

 

Un comentario »

  1. en la prueba del pelo no ha quedado tan mal después de todo ¿no?

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  2. QUE NADIE ME VA A CONTESTAR LOS COMENTARIOS???

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    • Vicent Piquer

      Vale, Diego, unas cuantas cosas:

      1. No sé quién eres, pero has llegado aquí dejando comentarios breves llenos de ambigüedad, como por ejemplo «ESTA HORRIBLE =(«. Te he preguntado qué es lo que, según tú, está horrible, y me has respondido «QUE!!!». Yo he contestado, pero es tu respuesta, al igual que tus comentarios, la que no dice nada.

      2. ¿Qué más quieres que conteste? Has hecho comentarios con afirmaciones, no has hecho ninguna pregunta que contestar, no sé que quieres que responda.

      3. Un consejo personal: me da igual cómo escribas, a mí no me importa, pero lo normal es escribir en minúsculas. Pero, y creo que lo ibas a hacer aunque yo no te lo dijera, escribe como te apetezca.

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